Cartas de Raymond Wilmart a Marx
Era mas que un hombre. Era un hombre con una mision especial. Carlos Marx lo envio al sur del mundo para organizar a la AIT (Asociacion Internacional de los Trabajadores) en Argentina. El 11 de julio de 1850 fue inscripto en el registro civil de la ciudad belga de Jodigne Souvraine el niño Raymond Wilmart de Gylmes, hijo de Joseph Joachin Wilmart de Gylmes y Euphasie Lejeaune, pertenecientes a la alta burguesia. Antes de completar sus estudios secundarios, con su aspecto desprolijo y de andariego, dejo la localidad de Jodigne Souvraine y anduvo errante hasta llegar a Burdeos, donde trabajo en lo que el azar le deparara. Como no le satisfacia emplearse como pequeño comerciante, fue en busca de nuevos horizontes que nada tenian que ver con anhelos de consolidacion personal, sino mas bien con formar parte, de una forma u otra, de los procesos revolucionarios de la epoca.
El joven Wilmart tenia contactos con anarquistas y blanquistas. Sin embargo, lo que hoy se sabe con certeza es su estrechisima vinculacion con uno de los primeros lideres marxistas, el frances Paul Lafargue (1842-1911), quien seguramente lo introdujo en la accion politica de La Internacional. Esto se sabe gracias al testimonio del mismo Wilmart, quien a sus 75 años rememoro parte de su historia en un articulo de la Revista de la Facultad de Derecho, que parece haber pasado inadvertido hasta hoy. Es un documento revelador sobre la historia politica y el pensamiento de Wilmart, asi como un sentido homenaje a su viejo amigo Lagargue y a Marx.
La derrota de la Comuna de Paris, mas la disputa con los anarquistas que respondian a las ideas de Bakunin, habian replegado el impetu de La Internacional y amenazaban su continuidad. Es en este contexto (mucho mas complejo, por cierto, que lo aqui enunciado) en el que Marx recibe noticias de Argentina de un puñado de "Communards" franceses exiliados en Buenos Aires. Es el mismo Marx quien anuncia en una de sus actas de La Internacional, en 1872, la creacion de una seccional en la capital argentina. La AIT, para entonces, estaba mortalmente herida. En un contexto de reflujo de La Internacional, como todo movimiento en retroceso se ilusiona con la posibilidad de crecer desde la periferia. Ahi aparece Buenos Aires. El objetivo de Marx es intentar mantener La Internacional a partir de la creacion de distintas seccionales en diversos puntos del planeta y controlar los peligros de la infiltracion anarquista, que para entonces era un serio peligro. Fue Raymond Wilmart el elegido por Marx para esta mision en el confin del planeta, lejos de los centros urbanos europeos para los que el filosofo aleman habia pronosticado el triunfo de la revolucion proletaria para 1900.
Marx, exiliado en Londres, aun no era la figura emblematica que marcaria el pulso politico del mundo. Acababa de editar el primer tomo de "El Capital", pero sus teorias distaban de convertirse en la donctrina que influiria a los revolucionarios de todas las latitudes. Era, por entonces, un perfecto desconocido para los argentinos. La primera referencia a Marx en la prensa local aparece el 10 de agosto de 1871. Un corresponsal anonimo del diario "La Nacion" informaba desde Paris que entre los papeles de Raoul Rigaul, uno de los lideres de la comuna parisina, fusilado el 24 de mayo de ese mismo año, se habia encontrado una carta de Marx insitando a recrudecer las acciones.
Wilmart venia en America Latina una lucha de caudillos, caudillejos y tiranuelos, que accionaban para ser presidentes, reyes o emperadores. Le comenta a Marx en una de sus cartas los levantamientos armados en el interior del pais: lo dice por Lopez Jordan en Entre Rios; es significativo que enseguida Wilmart se identifique con los planteamientos civilizatorios de corte liberal que pregonaban los unitarios. Un socialista europeo podia ver que en Argentina aun no existia un verdadero espiritu moderno, en el sentido hegeliano, no habia una racionalidad que permitiera entender la edificacion de un Estado para la consolidacion de espacios politicos. Los escasos textos de Marx sobre America Latina son despectivos, lo es con Simon Bolivar y con las politicas que se desarrollan en la region. Pero Wilmart cree que esa barbarie puede ser encauzada en aras de un proyecto modernizador. Aclara que en esta region no puede haber una revolucion socialista ya que, en aquel entonces, no habia un sujeto politico que cumpliese el rol historico de realizarla. Asi y todo, Wilmart cree posible arbitrar los medios por los cuales Argentina pueda sintonizar con los paises mas desarrollados del mundo, no solamente en el terreno economico, tambien en el cultural, el diplomatico y el politico.
La decepcion llevo a Wilmart a alejarse de La Internacional (que desapareceria poco despues) para radicarse en Cordoba, en 1874. Para entonces ya habia sepultado sus ideas de una revolucion socialista. El otrora marxista se caso con una dama de la oligarquia cordobesa y se traslado a la ciudad de Mendoza, llego a ser juez en lo civil y luego camarista, interviniendo en juicios resonantes que sentaron jurisprudencia. Finalmente se instalo en Buenos Aires en 1899, donde ejercio en la actividad privada como abogado en sociedad con Julio Fourangue primero y con Aristobulo del Valle despues. Se retiro en 1905, para ingresar en la oficina de asuntos legales del Ferrocarril Central Argentina. Tambien ocupo la catedra de Derecho Romano en la Facultad de Derecho de la UBA (Universidad de Buenos Aires). Un episodio ocurrido en esta Facultad en 1900, puede darnos una idea de los cambios operados en el pensamiento politico de Raymond Wilmart en un cuarto de siglo. Un ignoto joven llamado Alfredo Palacios, presenta en la Facultad de Derecho su tesis doctoral titulada: "La Miseria: estudio administrativo-legal". El doctor Wilmart, que habia sido su profesor en Derecho Romano, hace al original numerosas observaciones criticas y la tesis es desaprobada. Palacios la publica, sin dejar de recordar ironicamente a Wilmart. En una nota al pie del libro puede leerse: "Para Raymond Wilmart de Gylmes, quien en otra epoca dio algun trabajo a las autoridades francesas por el hecho de haberse declarado socialista". Pero Wilmart no es, como podria llegar a pensarse, un converso que se a tornado antisocialista. Sera una voz moderada en las internas de la Socialdemocracia argentina.
El anviado de Marx tuvo seis hijos: Geronimo, Raimundo, Angelica, Margarita, Carlota y Clara, quien se caso con Antonio Podesta, y fue madre del obispo Jeronimo Podesta, creador de la primera pastoral obrera en el pais, y que abandono los habitos luego de ser apartado de la cupula eclesiastica por casarse con Clelia Lurgo, a fines de los '60. Su hermano, Raimundo Podesta Wilmart, es un economista neoliberal que formo parte de los equipos tecnicos del Ministro de Economia de la ultima dictadura, Jose Martinez de Hoz. Muy lejos, por cierto, de las motivaciones ideologias que hicieron que su abuelo belga llegara al pais.
I De Raymond Wilmart a Marx
Querido ciudadano: he recibido vuestra carta y la de M. (?), hace algun tiempo, que a causa de la cuarentena no tuve el paquete sino despues de ocho dias. He colocado cuatro series y guardado una para mi: en la ultima falta el numero dos (esta contiene numero dos y tres). Para el priximo correo yo le indicare otra forma de hacerme llegar tales envios. Me falta pagar asi 76 M/C. Ademas de los 7/6. Yo no he osado pedor mas de $6, un Shelling (Chelin) por fasciculo, lo que no hace mas que pagar justo los costos.
En Lisboa no he podido cobrar una letra de cambio a causa de irregularidades de la direccion. Monteiro ha respondido con 6 Libras sobre mi pasaje y Fontaine me ha prestado una Libra. Me escribieron ultimamente sin poner su numero; ruegue a Lafargue de escribirles para saber si por fin ellos han cobrado la letra o si ellos han recibido las 7 Libras de Bordeaux (inutil decir que esta letra de cambio es una deuda).
Adjunto 8 Libras; de las que quisiera rogarle a Lafargue de hacerle llegar 7 a dichos Lisboneses, 10/ a Mesa por 10 Francos que me presto y la suscripcion a la revista "La Emancipacion" y 10/ para cubrir usted los gastos de envio y una parte del valor de los fasciculos, de los cuales no se el precio. Lamento que no me haya agregado "La Guerra Civil en Francia", las "Disensiones", los "Ocho Dias", el "Manifiesto Comunista", etc. Mi proxima dira cuando puedo ubicar exactamente "El Capital". Mientras tanto gracias a usted y a la señora (?) por tanto esfuerzo.
No hay ninguna correspondencia oficial con el Jura; como alguien podria ser Secretario In Partibus, digame si el "boletin" ha citado los nombres. Le pediria informes sobre Massenet (llamado Merancourt) que escribia en otro tiempo en el "Figaro" y ha publicado un opusculo sobre la Comuna de Paris. El no forma parte de nuestra seccional, pero tiene buena opinion de Bakunin. Ha habido embrollos hace diez o doce meses, no pude deducir nada, pero resulto que Job y Bergerson, quienes han actuado en Marsella en el `71, han debido retirarse. Podria usted informarme sobre ellos, asi como sobre nuestro Secretario Aubert, antiguo profesor que ha tratado de organizar La Internacional en Lyon antes de la guerra. Podria haber aliancistas alli pero los he demolido impunemente rindiendo cuenta del I Congreso de La Haya. No hubo ni una sola protesta.
El conjunto de las tres secciones esta lejos de ser anarquista, de todos modos, a pesar de seis o siete restos del naufragio de Paris, en todo falta nervio y hay un elemento suizo, italiano, e incluso frances del `48 que estan entre nosotros, porque es necesario que todos sean de alguna sociedad.
Nos molestan con proyectos irrealisables de escuela, de credito mutual, etc. El tiempo se va en estas discuciones y en las inevitables cuestiones de reglemento. Yo, que por temperamento no soy terrible, por por un loco exaltado y me gusta aplastar a los hombres sabios en la discucion, de todos modos siempre hay un elemento moderado. Esto tal vez lo haga reir un poco, pero suece que hablo como si fuera abogado y no siento ninguna pena en desarrollar impromptu un tema o en restablecer sobre la marcha la discusion desencaminada. Yo creo que la salud me da la memoria y la disposicion de mi mismo.
Hice hacer una colecta para las victimas del despido de Dufraure, 100 o 11o Francos, que enviaremos cuando tengamos uan respuesta de Nueva York.
Tenemos un periodico, estoy en el Comite de Administracion. Este correo le llevara tres numeros en cuatro ejemplares que usted tendra a bien hacerle llegar a su pensamiento, "Emancipacion" y "Volkstaat". Procure hacernos una suscripcion al primero y sobre todo a este ultimo, del que yo podria traducir los articulos socialsitas (leo al presente en aleman y escribo en español bastante bien, por llevar la correspondencia en una de las primeras prensas españolas en este pais). Recibo bastante regularmente el segundo.
Este pais deberia ser el "refugium peccatorum", dado que todos los hombres (y las mujeres) que tienen una buena posicion social ganan dos o tres veces mas que lo necesario para vivir como en Europa. Cuento con volver a Inglaterra o Alemania para febrero proximo. Apretones de manos a su excelentisima familia, a los amigos, a mis maestros Lafargue y Dupont. Procure hacerme llegar el "Manifiesto de los seis Vaillanistas". El Consejo General ha tomado una excelente resolucion. Todo Suyo:
Raymond Wilmart.
13 de Mayo de 1873. Buenos Aires, Argentina.
II De Raymond Wilmart a Marx
Querido Ciudadano: Por el ultimo paquete ingles he remitido una letra de cambio de ocho Libras a la vista sobre C. de Murierra O.C. a fin de hacer llegar seis Libras a Monteiro, una libra a Fontaine (los dos de Lisboa), 10/ a Jose Mesa, reservandole a usted los 10/ restantes para cubrir el envio de 18 fascisculos: hoy he dirigido la segunda por si acaso la primera se hubiese extraviado. Estaba en un erros cuando decia que faltaba el fasciculo Nº 2.
Marchamos siempre muy lentamente. Ayer se trataba del credito mutual. Venimos de cursos de dibujo, artimetica y de lenguas, lo que no es para nada posible en las condiciones en las que nos encontramos. Hay algunos dias en los que yo mismo me sorprendo cuando encuentro una reunion de propietarios de tierras en neustra sala. Hace poco, mas o menos un año y medio, los miembros habian especulado con adquirir tierras y ya hemos comprado en las afueras dos cuadras (la cuadra tiene 150 varas de lado). Esto podria servirnos de campamento, me han asegurado, en caso de fiebre amarilla o colera. Esto es sin dudas por lo que ellos me habian rechazado un articulo sobre la especulacion de tierras y la cartesia de los alquileres que de ella resulte.
Salvo la mitad de la seccional, que esta compuesta por franceses, y la colaboracion de dos o tres españoles, no hay nada que pueda servir entre nosotros, y como decia un viejo de junio, no se habria perseguido a los internacionalistas franceses si hubieran sido tan timidos como nosotros. Comienzo a creer como Picard que no hay nada que no hacer con los elementos de aqui. Hay demasiadas posibilidades de hacerse pequeño patron y explotar a los obreros recien llegados de Europa como para que se piense de alguna manera en actuar. No obstante, fue votada una proposicion encargando al Consejo Federal preparar los medios para crear la Federacion de Oficios.
No conozco mas que dos sociedades (la de los carpinteros y la de los sastres) y hemos tenido el talento de indisponernos con ellos a proposito de la sala que se les habia prestado anteriormente gratis y de la cual casi los hemos puesto en la puerta.
El diario tiene 250 abonados, con 500 puede andar. Mientras tanto, buscamos los $250 M/C que nos falta cada vez. Es enojoso que no recibamos correspondencia de Nueva York ni de ninguna otra parte. Esto nos ayudaria a ponernos al paso de los trabajadores de otros paises. Mientras tanto, le repito que no hay matoviso para creer en la existencia de ninguna correspondencia con los 140 del Jura. Ademas, el dia en que se pruebe que tales intrigas han tenido lugar, pronta justicia sera hecha, puesto que sobre este capitulo inmensa mayoria estaria contra los intrigantes.
Despues del numero conteniendo la decision del CG (Consejo General), en lugar de esos que se negaron a reconocer las decisiones de los congresos, soy yo el que no ha recibido mas "La Emancipacion", de suerte que estoy plenamente a ciegas. Comole decia en mi ultima carta, me abonaria con gusto al Volkstaat. Hasta ahora no se me ha dicho nada de "El Capital" y yo creo que ninguno se termino la lectura, pues nadie se toma el trabajo de pensar en este pais (NdE: el subrayado me pertenece). Para remediarlo, yo trataria de dar a las ideas y las teorias que alli estan expresadas, una forma compatible con el aprendizaje oral, lo que no es muy facil.
En cuanto a mi, estoy desenaod retornar a Europa y espero con impaciencia el mes de febrero del año que viene. Si tuviera todo pago, sin duda me largo el 30 de este mes.
Hay en Montevideo un español expulsado, el doctor Guisasola, medico. Estoy en correspondencia con el y veo que quisiera retornar a Europa; el tiene una excelente clientela y si el parte, seria quiza bueno que Lafargue lo suceda si sigue deseando volver a America.
Hay en la provincia de Entre Rios una revuelta federalsita que resiste hasta el presente, pero que no puede traer ningun cambio, porque la constitucion es federal y la unica diferencia es que unos son partidarios de Buenos Aires y los otros de las provincias del interior del pais. Es un resto de viejas luchas que se perpetuan por la magia de los nombres propios. Toda la politica en este pais es asunto de personalidades y apenas podran creer en Europa que no solamente hay rivalidades entre Estados sino tambien entre provincias. Poco falta para que los europeos sean tratados como los barbaros en Roma, y es lo mas natural darnos el sobrenombre de "gringos". Mucho de prejuicio de campo y de odio contra la peninsula madre. Una desigualdad espantosa, desprecio por los negros; no se va con un obrero, se le pega a los criados, y se encuentra totalmente natural matar a los prisioneros. En el campo hay una desbandada desenfrenada. Sin la afluencia de extranjeros no habria ningun progreso posible, no se sabria otra cosa que montar a caballo.
No habiendo podido ocuparme de los despachos, le escribire por el paquete frances. Todo suyo y de vuestra familia.
Raymond Wilmart.
27 de Mayo de 1873. Buenos Aires, Argentina.
III De Raymond Wilmart a Marx
Querido: Por mi ultima carta le remiti la segunda de las letras de cambio de ocho libras a vuestra ciudad, y espero que usted no tendra dificultad en enviar a Lisboa o en su defecto a Madrid las pequeñas sumas que yo ahi debia.
No se donde he guardado la carta que escribi ayer para usted, y no tengo sino el tiempo justo para enviarle una direccion de Londres, donde no tendria mas que remitirme lo que tenga para enviarme de fasciculos, libros o folletos. No se olvide de atar el paquete con un buen cordel antes de envolverlo. La Aduana sabre los paquetes pero no los vuelve a cerrar y el contenido podria desparramarse o extraviarse. He Visto en la "Gazette des Tribunaux" el proceso de Paris: ¡que comedia!. No se hasta ahora nade del de Tolouse. Van mas las cosas por aqui. Sesiones vacias, falta de buena voluntad. Otros tres acaban de partir, el diario no ha aparecido a lo largo del mes ultimo. El numero que debia salir mañana, no aparecera antes del 20. Los fondos faltan y hemos debido pagar entre ochos miembros la impresion del ultimo.
No debemos desanimarnos nunca, pero hace falta mucha paciencia para soplar siemrpe sobre las cenizas que no quieren volver a encenderse. Si estoy bien informado, España va muy mal. Pensar que los españoles hubieran podido hacer tanto en su momento, y ni siquiera alertaron a los movimientos internacionalistas.
Le estrecho afectuosamente la mano, asi como a vuestra familia y amigos.
Raymond Wilmart.
14 de Junio de 1873. Buenos Aires, Argentina.
IV Raymond Wilmart habla de Lafargue
A fines de 1870 conoci, en Burdeos, donde yo vivia, a Paul Lafargue y a las tres hijas de Marx, la mayor de las cuales estaba casada con aquel. Esa union parecia perfecta, pero, desgraciadamente, perdieron la criatura deliciosa que entonces conoci y despues tuvieron otra que tambien perdieron. Las tres hijas de Marx eran interesantes en todo sentido, modestas a pesar de su instruccion general y del perfecto conocimiento de varios idiomas; la madre de ellas era igualmente encantadora y la conoci en Londres. Me gustaba frecuentar la casa de Lafargue; un buen dia, en el año siguiente, huyo por razones politicas a la minuscula Andorra, de alli paso a España.
Lafargue hablaba siempre de su suegro y tambien de Engels, colaborador de Marx; su entusiasmo por la doctrina de ellos era enorme, y, debido a el, conoci las esperanzas de aquellos y su confianza en un triunfo muy proximo. Lafargue explicaba que, como lo demostraba Marx, los capitales eran atraidos por unos centros poco numerosos pero en initerrumpido crecimiento y en continuas aglomeraciones que aumentaban en masa total, pero disminuian en numero de cabezas. Eran comunistas que admitian que el comunismo era, antes, de imposible realizacion en una sociedad de muchisimos pequeños y medianos ricos (agricultores, comerciantes e industriales), pero que ella seria posible despues de una gran concentracion de tierras, capitales, industrias y comercios; la concentracion, decian, avanzava ligero, y segun me decia Lafargue, ella estaria suficientemente madura hacia fines del siglo, o sea, hacia 1900; pero la cosa requeria entonces de una revolucion popular, tremenda, sin cuartel, sin contemplaciones; y por eso Marx y Engels estudiaban las tacticas militares, atraian a ex militares y encontraban, o creian encontrar en ellos, grandes talentos: cuando los conoci en Londres a mediados de 1872, mucho despues de la Comuna de Paris, en la que habian fundado muchas esperanzas a pesar de haberse anticipado ella en tres decadas a la epoca de presunta madurez, yo notaba que hacian mas caso de un ex oficial de cualquier pais o de un heroico combatiente de barricadas, que de un notable sabio propagandista del socialismo, especialmente si tal propagandista era considerado "colectivista" a lo frances y no comunista estilo aleman; uno y otro pensaban y esperaban mucho mas de Alemania que de Francia; los ingleses obtenian un valeroso rango intermedio.
Para lanzar una revolucion, me decia Lafargue en 1872, se necesitaba: jefes civiles como Marx y Engels, que entendieran mucho de tacticas de las calles y de estrategia urbana, y de militares valientes con oficiales mas tecnicos y heroicos; unos y otros (civiles y militares) estudiaban mucho las cuestiones militares en libros de tacticas y estrategias; tenian largas conversaciones con esos oficiales. No les oi decir para que espoca esperaban otra revolucion mejor llevada que la Comuna de Paris.
Lafargue estaba persuadido de que Marx y Engels eran estrategas eximios. La futura revolucion debia ser tremenda en el ataque e implacable en el sometimiento y, en su caso, aniquilamiento, con un cierto numero de ingenieros y administradores energicos, la produccion y circulacion se repondrian pronto, segun una observacion de Stuart Mill respecto a los destrozos causados por guerras. El movimiento de la Comuna de Paris, lanzado impremeditadamente por un patriotismo exasperado de guardias nacionales de Paris, no coincidia con la prevision de que debia madurar para 1900. . .pero Marx y Engels, tambien los colectivistas franceses, aceptaron las cosas tal como se habian presentado, tres decadas antes del calculo de prevision de Marx y Engels.
Cuando escuchaba yo aquellas cosas en 1870, no me parecia imposible el plan para fin de siglo, ni demasiado dificil en manos de hombres como yo veia a esos dos intelectuales a traves del entusiasmo de mi amigo Paul Lafargue; pero lo de accion sin piedad me horririzaba y no conseguia conciliar la bondad y la dulzura del corazon de Lafargue con la aprobacion de ese plan de violencia sin limites para la accion a realizar en 1990. En casa de Lafargue, en 1870 y principios de 1871, se recibian de Londres, sobre la evolucion de los mundos y las especies, libros que yo devoraba. La evolucions de las capas terrestres de Lyell suprimia los procedimientos cataclisticos de Cuvier; y los libros de Darwin sobre la evolucion de las especies, lenta y paciente, asi como la de la mente humana, en siglos no agranda mucho nuestros cerebros y corazones, no me permitian ver como y donde se podria crear de sopeton un mundo nuevo a principios del siglo venidero. Un dia, creo que era ya en 1871, le dije en su casa, mostrandole uno de los libros esos: "ahi vemos cuan lenta es la evolucion de los seres y sus sociedades, cuando no acordamos excesiva importancia a ciertos aspectos superficiales; y encuentro una contradiccion entre la marcha de la evolucion y esa deseada brusca revolucion para dentro de treinta años". Y me contesto: "no, no hay contradiccion; eso no es suno una cuestion tecnica, que no tiene nada que ver con la doctrina de Marx". Lo decia lleno de conviccion y de amor por su suegro, su maestro, su idolo.
Ha pasado mas de medio siglo desde 1870, creo que el mundo marcha mas o menos en la direccion centrista que decia Marx; pero los centros tambien aumentan en numero y la evolucion es mucho mas lenta de lo que el creia; ademas, la cuestion no es una para cada nacion, pues las reformas sociales grandes exigiran un tablero mas vasto, y creo que lo mas urgente es suprimir las guerras, al menos en los paises mas civilizados. Mucho mas tarde, en Francia, en 1909-1910, vi a Lafargue y a su adorada esposa en un lugarcito a varias horas de ferrocarril de la capital, ignorando yo que marchaban, ya ligeros pero serenos, a un tragico abrazo final. Paul Lafargue y Laura Marx se suicidaron juntos poco despues, el 26 de noviembre de 1911, en Paris. Renove mi objecion, tal vez mejor presentada porque habia estudiado durante largo tiempo. Lafargue conservaba la misma ilusion: "no es doctrina, sino de tecnica".
Lafargue habia sido rico y muy generoso, con un corazon de oro. Creo que llego su desinteres hasta no importarle la renta de su fortuna acumulada, cuando vivieron ellos y sus "pobres" sobre el capital y que los ultimos Francos sirvieron para comprar un veneno "cintifico". No habia querido ejercer la medicina a fin de ser mas util a la causa comunista; pero la ejercio un momento al morir junto con ella y ambos cerraron los ojos mediante una receta y una inyeccion mortal. Cuando los conoci en Burdeos, en 1870, soñaban (y sus hermanas, y la madre en menor medida) con una nueva era de felicidad humana que una violenta revolucion abriria despues de solamente un cuarto de siglo. Paso otro cuarto de siglo despues, y no veo nada inmediato en ese horizonte. Pero me consolaria mucho la perdida de esos queridos amigos el saber que, al salir de este vida, el corazon de uno y otro palpitaban todavia con la esperanza de una felicidad humana muy proxima, y que su ultimo suspiro todavia fue de esperanza en una felicidad muy lejana para la humanidad fraternal.
Transcripto de la Revista de la Facultad de Derecho y Cs. Sociales.
Abril/Junio de 1925. Buenos Aires, Argentina.