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  La CIA: Su historia y su papel en la actualidad
 

La CIA: Su historia y su papel en la 
actualidad

Hasta las visperas de la segunda guerra mundial, los servicios de inteligencia de los Estados Unidos se caracterizaban por su inoperante disgregacion. Numerosas organizaciones estatales independientes ejercian, simultaneamente y sin coordinacion, cometidos similares en el area del espionaje. Las funciones de investigacion politica, por ejemplo, las ejecutaban a la vez el Departamento de Estado, el FBI y los ministerios de la Marina y de la Guerra. Esta desorganizacion constituia un serio obstaculo para que los Estados Unidos dispusieran de un "aparato de inteligencia" acorde con la epoca prebelica que se vivia. El papel de USA en el mundo, hasta el segundo conflicto mundial, habia sido mas bien modesto en comparacion, por ejemplo, con los que desempeñaban Inglaterra y Francia. Esa fue una de las razones por la que su servicio de Inteligencia se había centrado hasta entonces en los "asuntos domésticos", como la represion del movimiento sindical y de aquellas corrientes ideológicas no asimilables por el sistema

Origenes de la CIA


Al reves del FBI, la CIA es frecuentemente presentada en series y peliculas de espionaje como una organizacion temible, capaz de cometer los crimenes mas horribles. En realidad va mucho mas alla de eso.
En politica exterior, la elite dominante estadounidense se preocupaba, fundamentalmente, de la fidelidad de lo que ellos han denominado siempre su "patio trasero", es decir, Latinoamerica. Decenas de intervenciones militares de todo tipo se aseguraban de hacer cumplir la conocida maxima del quinto presidente de los Estados Unidos, James Monroe, que en 1823 declaro: "America para los americanos"… del norte, claro. Mas de tres cuartos de siglo despues otro presidente estadounidense, Theodore Roosevelt, basándose en su politica del Big Stick (Gran Garrote) sostendria que su pais podía intervenir en cualquier nacion latinoamericana "culpable de actuar incorrectamente en su politica interior o exterior". De hecho el mismo asi lo hizo en varias ocasiones, recibiendo ironias de la historia como el premio Nobel de la Paz en 1906.
Dos fueron los factores esenciales que llevaron al gobierno de los Estados Unidos a crear una potente institucion encargada de las tareas de Inteligencia. En primer lugar, el fulminante ataque de los japoneses a Pearl Harbor, en Diciembre de 1941. En la agresion nipona ocho buques de guerra fueron hundidos, cerca de 200 aviones fueron destruidos y alrededor de 3.000 hombres resultaron muertos o heridos. El ataque japones a la flota norteamericana en el Pacifico se realizo en unas condiciones sorprendentes. Al menos tres de las oficinas dedicadas al espionaje conocian los preparativos secretos de la operacion. Pero la descoordinación era tal que los militares no estaban al corriente de las orientaciones del Departamento de Estado, y los diplomaticos, por su parte, no tenian acceso a los materiales de inteligencia del Ejercito y de la Marina. Este acontecimiento convencio a los circulos gobernantes de que debian unificar, urgentemente, todos sus organismos de inteligencia.
Pero, segun se desprende de la documentación de la epoca, hubo un segundo factor de mayor relieve que hizo indispensable la creacion de una organizacion de Inteligencia centralizada y con una percepcion "global" de sus funciones. Las elites dominantes del país estimaban que "la potencia más grande del mundo" requería unos servicios en consonancia con su futura influencia internacional. Los Estados Unidos, se auguraba con acierto en los circulos del poder, saldrian de su intervencion en la segunda guerra mundial como la gran potencia hegemonica del planeta. En cuanto a los efectos destructivos de la guerra, resultarían indemnes, en tanto que los daños del conflicto difícilmente podian alcanzar sus fronteras. Pero ademas se encontraban en inmejorables condiciones para convertirse en el gran pais acreedor, artifice de la recuperacion economica de los europeos
George Kennan, el mas influyente asesor del presidente Truman, segun revelan hoy los documentos confidenciales de la epoca, se expreso con brutal sinceridad a este respecto: "Los Estados Unidos posee el 50% de la riqueza del mundo, pero sólo el 6% de su poblacion, en tales condiciones, es imposible evitar que la gente nos envidie. Nuestra autentica tarea consiste en mantener esta posicion de disparidad sin detrimento de nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tendremos que desprendernos de sentimentalismos y tonterias. Hemos de dejarnos de objetivos vagos y poco realistas como los derechos humanos, la mejora de los niveles de vida y la democratizacion, pronto llegara el dia en que tendremos que funcionar con conceptos directos de poder. Cuantas menos bobadas idealistas dificulten nuestra tarea, mejor nos ira".
Los Estados Unidos emergieron, pues, de la segunda guerra mundial con una influencia decisiva en todas las esferas de ambito mundial, e impusieron a nivel planetario un conjunto de instituciones con la finalidad de garantizar que las cosas iban a funcionar segun sus intereses. Las instituciones claves en esta construcción fueron el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. A éstas se añadió, en 1948, el Plan Marshall, mediante el cual los EEUU prestaron a la Europa occidental una ayuda económica de 16.000 millones de dolares. La operación crediticia tenía una doble finalidad: crear un macromercado para los productos norteamericanos en Europa y, a su vez, controlar el peligroso escoramiento hacia la izquierda que se experimentaba en el viejo continente
Con el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el propio Plan Marshall se podian controlar los flujos económicos y chantajear a aquellos paises que no se sometieran al dictado de los intereses norteamericanos. Pero con un Servicio de Inteligencia adecuado y el ejercito se podian comprar conciencias, eliminar disidentes y, en el ultimo extremo, si el "enemigo" era tenaz, acallarlo con el estruendo de las bombas. Para lograrlo era preciso crear un sistema de inteligencia que no fuera tan solo una mera base informativa para la toma de decisiones sobre politica exterior, como ocurria con los servicios tradicionales de espionaje. Había que ir más lejos. Se requeria un instrumento para "hacer" politica exterior. La revista norteamericana "Foreign Affaires" explicaba en aquella época con lucidez que a los Estados Unidos no le bastaba su potencial militar para ejercer una influencia mundial. A juicio de la revista, necesitaba de "algo más". G. Petty, un ideologo estadounidense del expansionismo, decía que su país requeria de un servicio de inteligencia excepcionalmente extenso "para asumir el liderazgo mundial en todos los continentes y en todos los sistemas sociales, en todas las razas, religiones, en cualesquiera condiciones sociales, economicas y políticas." La CIA se convirtió, en 1947, en ese instrumento. Su dependencia directa del presidente de los Estados Unidos le concedería un importante papel en la politica exterior norteamericana.

La Guerra Fria

Dean Acheson, viceministro de Asuntos Exteriores del gobierno estadounidense, en 1944, todavia sin concluir la guerra, comentaba con el presidente del Comite encargado de la planificacion economica de la posguerra que: "lo más importante son los mercados. Tenemos que procurar que nuestros productos sean usados y que se vendan". Y terminaba añadiendo "No podemos tener empleo para todos y prosperidad en los Estados Unidos sin los mercados del exterior". Estaba claro que Acheson no solo se referia a la exportacion de de productos de consumo. En los años del conflicto mundial los Estados Unidos habian consolidado una respetable industria armamentista, que alimento no sólo su propio esfuerzo belico, sino tambien el de todos los ejercitos aliados.El final de la guerra no podía significar la conclusion de ese ventajoso idilio entre produccion e industria militar. El espiritu de la epoca queda fielmente reflejado en la reflexion del escritor norteamericano Richard Barnet: "La economia de guerra facilita una posicion comoda a decenas de miles de burocratas vestidos de uniforme o de paisano que van a la oficina cada dia a construir armas atomicas o a planificar la guerra atomica; a millones de trabajadores cuyos puestos de trabajo dependen del sistema de terrorismo nuclear; a cientificos e ingenieros pagados para buscar la "solución tecnologica" definitiva que proporcione una seguridad absoluta; a contratistas que no quieren dejar pasar la ocasion de obtener beneficios faciles; a guerreros intelectuales que venden amenazas y bendicen guerras".
Para mantener el emporio industrial-armamentista era necesario que existiera una justificacion. El enemigo, -Alemania, Italia y Japon - habia sido absolutamente derrotado. Solo la creacion de un nuevo enemigo, que infundiera terror, que transmitiera la idea de que peligraba "la forma de vida americana" ("the american way of life"), haría posible que el pueblo de los Estados Unidos se enrolara en una nueva cruzada contra "las hordas asiáticas", como G. Kenan, el ya mencionado asesor del presidente Truman, denominaba a todo lo que viniera del Este. La histeria se instalo en el cerebro de cada estadounidense. El "Capitán América", heroe de los comics norteamericanos, paso de luchar contra los nazis a perseguir peligrosos comunistas emboscados bajo las alfombras del vecino. La persecucion no se limito a los satanizados marxistas sino que se proyecto, igualmente, sobre "sus amigos" y "compañeros de viaje", con lo que el espectro de ciudadanos bajo sospecha se hizo infinito. 
Para los Estados Unidos no constituia ninguna novedad la practica de "construir" a sus enemigos. Desde su nacimiento, en 1776, habia sido un pais cuyas fronteras se encontraban en constante expansimiento. Esa pulsion nitzcheana se convirtio en una constante de su politica exterior. Las clases dirigentes norteamericanas han tenido que justificar, ante su propio pueblo, sus continuas intervenciones militares ultramarinas, desencadenadas generalmente por causas inconfesables. Y aprendieron a hacerlo con autentica maestria. Con el paso del tiempo, los gobernantes estadounidenses desarrollaron una gran pericia en el arte de colar por el ojo de la cerradura de cada hogar americano, la imagen malefica de un enemigo que unificase la voluntad de la nacion Cuando se hizo necesario arrebatarle a Mexico una parte importante de su territorio, los mexicanos fueron previamente demonizados por los rotativos de la epoca. Mas tarde, el fantasma del enemigo se encarno en España, justo en el momento en el que las ambiciones anexionistas sobre Cuba se hicieron incontenibles. Coreanos, vietnamitas, cubanos, nicaragüenses y dominicanos, iraníes e iraquies, entre otros muchos, han llenado tambien de temor la mente, siempre amenazada, del norteamericano medio. Aun en nuestros dias, cuando el "Imperio del Mal", la URSS, ha desaparecido de la faz de la tierra, y la potencia militar norteamericana parece no tener rival, el espectro de nuevos enemigos (los Arabes, el invisible Al Qaeda, el malefico Bin Laden, el "Eje del Mal", el terrorismo internacional etc, etc.), vuelven a cernirse sobre la atribulada conciencia de los norteamericanos.

La amenaza sovietica

En realidad tal amenaza no existia. Al menos no en la forma en la que la construyeron quienes diseñaron el espantajo fantasmagorico del "peligro sovietico", con espias, microfonos y conspiraciones en la sala de estar de cada hogar norteamericano. Ciertamente que el mundo no era ya el que habia sido antes de la guerra. Parecia haberse acabado la epoca en la que los ingleses podían dormir tranquilamente la siesta abanicados por algun subdito de sus extensos dominios. En 1945 las poblaciones de las colonias tuvieron la oportunidad de comprobar que Inglaterra y Francia no eran imbatibles. No fueron pocos los habitantes de las colonias que engrosaron los batallones franceses e ingleses durante las dos guerras mundiales. En ambas ocasiones pudieron constatar las debilidades del supuestamente invencible "gran padre blanco" frente a los ejercitos alemanes. Los imperios coloniales europeos salieron seriamente maltrechos de la conflagracion mundial. Esas debilidades y otras fortalezas permitieron que la llama anticolonialista prendiera por toda Asia y Africa
Por otro lado, los paises de la Europa oriental, hasta donde los ejercitos sovieticos habían llegado en su lucha contra los alemanes, inauguraron con mejor o peor fortuna, regimenes sociales que cuestionaban el sistema capitalista. Simultaneamente, en la Europa occidental, los partidos politicos de izquierda obtenian arrolladores resultados en las elecciones. El temor a la "marea roja" se apodero de la burguesia americana y europea
El mundo de la posguerra era, ciertamente, un mundo convulso, pero sus contradicciones estaban engendradas por el propio sistema economico y politico. La "amenaza rusa" fue una invencion diseñada a proposito en los laboratorios del expansionismo norteamericano. Hoy disponemos de pruebas documentales que demuestran que ni siquiera sus propios autores creian en su existencia. Solo personajes como James Forrestal, Secretario de Estado para la Marina, que se suicido en un hospital psiquiatrico porque veia horrorizado llegar a los rusos a traves de su ventana, daba verosimilitud a una patraña de esa envergadura. Sencillamente, la URSS no podia constituir una amenaza frente al poderio de los Estados Unidos. La Union Sovietica, que habia llevado el peso de la guerra contra Alemania, quedo devastada por el conflicto. El ejercito hitleriano dejo tras de sí a veinte millones de muertos sobre su inmenso territorio. Ningun otro país sufrio unos daños tan enormes
Los Estados Unidos, en cambio, perdieron solo 400.000 soldados en la contienda. Dicho de otra manera, a cada norteamericano muerto le correspondieron 50 muertos rusos. La desproporcion era gigantesca. Todavía en 1948, tres años despues de haber concluido la guerra, el ministro de Sanidad de la antigua Union Sovietica, E. Smirnov, podia contemplar horrorizado como, por falta de vasos, en los hospitales de su pais se daba de beber a los enfermos en latas cochambrosas con los bordes retorcidos. La guerra destruyo la tercera parte del patrimonio nacional sovietico. De acuerdo con la cotizacion monetaria de entonces, el valor de lo que fue destruido ascendio a 485 mil millones de dolares, una cifra gigantesca si intentaramos traducirla a su equivalencia actual. ¿Desconocían las altas esferas politicas y militares estadounidenses ese panorama? Michael Sherry, investigador norteamericano que ha tenido acceso a los expedientes de los archivos de la epoca asegura que "según reconocio el Mando de las Fuerzas Armadas la Union Sovietica no representaba un peligro inmediato. Su economia y sus recursos materiales se encontraban agotados por la guerra… Por tanto, en los primeros años debera concentrarse en la reconstruccion interna… Pero sus posibilidades, con independencia de lo que pensemos de las intenciones rusas, no dan motivo suficiente para designar a la URSS como enemigo potencial".
En agosto de 1945, fecha en la que Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas, los Estados Unidos disponian solo de las dos bombas atómicas que habían utilizado contra esas ciudades. Pero apenas cuatro meses despues, a finales de 1945, sus arsenales atomicos almacenaban nada menos que 195 ingenios termonucleares. La URSS, que ya por esa fecha habia empezado a ser descrita por la iconografía norteamericana como el "enemigo diabolico", no poseia todavia ni una sola bomba atomica.
Europa, por tanto, no estaba amenazada por ningun tipo de "agresión sovietica". En realidad, lo que asustaba a los americanos y a las clases dominantes europeas era la posibilidad de que se constituyeran alianzas entre las fuerzas populares que habian luchado contra el fascismo.

Los nazis y la CIA

Hasta pocos años antes de la entrada de los EEUU en la segunda guerra mundial, la actitud de los círculos empresariales norteamericanos hacia la Alemania nazi fue algo mas que benevolente. En muchos casos, los magnates norteamericanos llegaron a apoyar economicamente al Partido Nacional-Socialista de Adolf Hitler. Conocidos hombres de la industria, la politica y las finanzas norteamericanas manifestaron publicas simpatias por los nazis en las antevisperas de la guerra. Personajes como Henry Ford, dueño de la industria de automóviles Ford y autor del libro antisemita "El judio internacional"; la familia Du Pont, propietaria de la legendaria General Motors; el multimillonario Rockefeller; los hermanos John y Allan Dulles, secretario del Departamento de Estado y jefe de la CIA respectivamente; William Randolph Hearst, propietario de la mayor cadena de periodicos norteamericanos y editor de la conocida revista "Selecciones Reader´s Digest"; Prescott Bush propietario petrolero y abuelo del ex presidente norteamericano George W. Bush, apoyaron de formas diversas el avance del fascismo aleman durante la decada de los treinta. Sus simpatias eran, al fin y al cabo, coherentes con sus intereses. Las clases poderosas norteamericanas, que vivían en su propio pais los efectos sociales de las crisis economica de 1929, contemplaban al nazismo como una util herramienta contra la agitacion y el avance del movimiento obrero en Europa. Pero no era esta su unica motivacion. Muchos de estos prohombres consideraban que a la postre se iba a producir una confrontacion entre Alemania y la Unión Soviética, y acariciaban la idea de que Hitler pudiera acabar con la primera experiencia socialista mundial.
Sin embargo, la actitud de empatía hacia el fascismo no era exclusiva de los norteamericanos. Muchos politicos europeos compartian con ellos identicas afinidades. El mismo Wiston Churchill, considerado por la historiografica conservadora como un abanderado de la democracia, le decía a Mussolini en 1927: "Si yo fuera italiano estoy seguro que habría estado incondicionalmente con usted desde el comienzo al fin de su triunfal combate contra los bestiales apetitos y pasiones del leninismo".
Las objeciones de los sectores conservadores de Europa y de los Estados Unidos hacia Hitler y el fascismo no eran de orden ideologico. Su temor nacio cuando entendieron que el expansionismo territorial aleman era irrefrenable.
La evidente sintonia ideologica de ciertos sectores de la administracion y de la industria norteamericana con los nazis, se reflejo en el descuido de las instituciones encargadas de ejercer las tareas de Inteligencia. Cuando en 1940 se produjo la fulminante derrota de Francia y el incontenible avance aleman amenazo con saltar las fronteras continentales, las afinidades germanofilas de los influyentes grupos de poder norteamericanos se trocaron en panico. Pero ya era demasiado tarde. Iban a ser los motores de los cazas japoneses los que se encargarían de poner en evidencia las debilidades del espionaje estadounidense La intervención de los Estados Unidos en la guerra y el descalabro sufrido en Pearl Harbor dieron un impulso a la reorganizacion de sus servicios de inteligencia estrategicos. Se comenzo creando dos instituciones que desempeñarían esta labor durante el transcurso de la segunda guerra mundial. Una, fue el Buro de Informacion Militar (OWI), cuya responsabilidad consistia en organizar la propaganda en el interior y exterior de los Estados Unidos. La Agencia de Servicios Estrategicos (OSS), en cambio, se encargaba del espionaje militar. En cualquier caso, pese a la atencion que se le presto a esta nueva estructura de inteligencia, los EEUU habian llegado con retraso. Los alemanes disponian de unos servicios considerablemente más solidos y centralizados, con una perspectiva de "espionaje total" que los norteamericanos no habían pensado siquiera en desarrollar. De hecho, en el curso de la guerra, la Inteligencia norteamericana tuvo que apoyarse en muchas ocasiones en el experimentado servicio de espionaje britanico. Sea como fuere, el primer servicio coordinado de inteligencia de los Estados Unidos utilizo como pilares estas dos oficinas, y sobre ellas se constituiría, en 1947, la Central Intelligence of América (CIA).
Desde el comienzo de la guerra, las esferas gubernamentales estadounidenses se prepararon para crear las condiciones favorables que permitieran a su paIs desempeñar un papel preeminente en la posguerra. Eran conscientes de la magnitud de la tarea y tambien de algunas de sus insuficiencias. Estaba claro que los Estados Unidos saldrían del conflicto mundial en optimas condiciones desde el punto de vista económico y militar. Pero no se podia decir lo mismo de su capacidad para articular ese poderio a traves de sus servicios de inteligencia. El reto consistia en ser capaces de crear las instituciones adecuadas para ejercer una influencia universal a todos los niveles. En palabras de un alto funcionario de la epoca, lo que se necesitaba era una organizacion "capacitada para resolver determinadas misiones políticas mediante recursos tales que se encuentran en un punto entre los recursos normales de politica exterior y el empleo abierto de la fuerza armada". ¿Qué misiones politicas y recursos podrían hallarse entre la diplomacia y el empleo de la fuerza armada?. La propia historia de la CIA responde sobradamente a este interrogante. Su mas de medio siglo de existencia está profusamente jalonado de asesinatos políticos, manipulacion de medios de comunicacion, prácticas terroristas y golpes de estado. En la primera parte de la decada de los cuarenta los Estados Unidos no disponian ni de medios humanos ni de infraestructura para la realizacion de tan ingente tarea. Paradojicamente seria uno de sus enemigos en la contienda belica quien cubriria esas insuficiencias
Ha sido necesario que transcurrieran casi sesenta años para que oficialmente llegáramos a saber que, en los últimos meses de la segunda guerra mundial, altos funcionarios de la Administracion norteamericana le encargaron a la OSS la mision de localizar a los agentes nazis que quedaban dispersos, tras las lineas enemigas, despues de la retirada del ejercito aleman. La directriz de la mision consistio en enrolar a los antiguos miembros de la GESTAPO y la SS en sus servicios de inteligencia para su reutilización futura. La labor había que realizarla con una gran premura, pues el destino de esos agentes, (frecuentemente simples asesinos), era el peloton de fusilamiento si caían en manos de los partisanos antifascistas de los países ocupados por el ejercito germano. En 1945, cuando se produce la rendicion incondicional de Alemania, el jefe de su servicio secreto, el general Reinhard Gehlen, fue "reclutado" por los americanos. Trasladado mas tarde a los Estados Unidos y sometido a un rápido "reciclaje democratizador" en Fort Bragg se le encomendaron tareas de organización de primer orden. Es que Gehlen tenia en su poder gran cantidad de documentacion que incriminaba a politicos y empresarios norteamericanos e ingleses. Por lo tanto jugo la carta de la posible difucion de esa informacion en los medios de comunicacion. Y hay mas aun, Ghelen reporto directamente al sucesor de Hitler tran su suicidio: el almirante Karl Doenitz. Entre otros, la CIA reforzo sus filas con : Klaus Barbie, Otto Von Bolschwing (el cerebro del holocausto, que trabajo codo a codo con Adolf Eichman) y el coronel de la SS Otto Skorzeny (el favorito de Hitler).
Entre las bambalinas de esa operación de enganche se encontraba Allan Dulles, en aquel entonces jefe de la OSS en Berna. El que años después iba a ser el primer jefe de la CIA, había mantenido estrechas relaciones con dirigentes nazis desde mucho antes de la guerra. Pero el reclutamiento de los nazis no resultaba una tarea fácil. Una vez acabado el conflicto bélico, no existía la posibilidad de fabricar una "transición" que permitiera a los antiguos cargos administrativos de los regímenes fascistas continuar ejerciendo funciones de poder. La guerra había sido excesivamente cruel y los crímenes cometidos demasiado repugnantes. Por otra parte, el protagonismo de la liberación de Europa no sólo era patrimonio de los ejércitos Aliados. En Italia, por ejemplo, los guerrilleros partisanos, liderados por el Partido Comunista, habían derrotado a seis divisiones alemanas y liberado todo el norte del país. En Francia, los miembros de la Resistencia precedieron a las tropas aliadas en la liberación de París. En Europa se respiraba un clima de acendrado antifascismo. En esas circunstancias los pueblos no hubieran admitido ningún tipo de transacción del estilo de las que se aplicarían treinta años después en España y América Latina como salida de compromiso a sus Dictaduras
Los jefes de la OSS, William Donovan, James Angleton y Allan Dulles, con la colaboración de la Santa Sede, organizaron la evacuación de cerca de 10.000 nazis con destino a América Latina y los Estados Unidos. La finalidad del proyecto "Paperclip", - que así se denominó la operación - fue reclutar para la industria de guerra norteamericana, a los científicos nazis, a los especialistas en aeronáutica, en guerra biológica y química, en investigación nuclear y tratamiento del uranio. Durante medio siglo, rodeados del más absoluto secreto, estos nazis trabajarían en Fort Bragg (EEUU), en el complejo industrial militar, en la NASA y en la CIA
Pero no sólo fueron nazis alemanes los que al amparo de la Displaced Person Act se acogieron a una reglamentación privilegiada para entrar en los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Miembros de los grupos fascistas que colaboraron con los alemanes en Hungría, Bulgaria Ucrania, Lituania y Rusia, y que se habían caracterizado por la extrema crueldad con la que trataban a las poblaciones resistentes al invasor germano, arribaron igualmente a las costas norteamericanas con la protección oficial del gobierno de los EEUU. En gran medida estos serian los mimbres sobre los que se urdiría la red de Inteligencia de los Estados Unidos en una buena parte del planeta
En Europa se encargó al general Gehlen y a agentes que habían pertenecido o colaborado con los servicios de los países del Eje, la organización de la red denominada "Stay-Behind" ("Permanecer detrás"). Las funciones de esta red quedaron claramente definidas en esta directiva "top secret" que el gobierno norteamericano desclasificó cincuenta años más tarde:
"Todas las actividades conducidas o apoyadas por el Gobierno [de EEUU] contra los Estados o grupos hostiles, o los apoyos de paises o grupos amigos, deben ser planificados y ejecutados de manera que la responsabilidad de ningún Gobierno [actual y posteriores de los EEUU] pueda aparecer a las personas ajenas y no autorizadas, y si ellas son descubiertas, el Gobierno de los Estados Unidos pueda denegar de manera fehaciente toda responsabilidad. Precisamente, tales operaciones están involucradas en la actividad secreta y en relación con la propaganda; la guerra económica, la acción preventiva directa, que incluye el sabotaje, el anti-sabotaje, las medidas de destrucción y de infiltración; la subversión de paises hostiles, donde se incluye la asistencia a los movimientos de resistencia, a las guerrillas locales y a los grupos de liberación en el exilio; el apoyo a los elementos anticomunistas locales que se encuentren en los países amenazados del mundo libre. Estas operaciones no toman en cuenta los conflictos armados conducidos por las fuerzas armadas militares reconocidas, las del espionaje y el contraespionaje, la cobertura y el engaño llevadas por las operaciones militares"
Con esta infraestructura humana el gobierno norteamericano intento construir los requisitos "técnicos" imprescindibles para impedir cualquier veleidad izquierdista en la Europa de la posguerra. Pero faltaba aún lo más importante: la articulación de un frente ideológico que les permitiera el control de las mentes y las voluntades...

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