La estrategia ofensiva

Para definir como "triunfo" o "derrota" una operacion militar, es imprescindible saber desde que optima implementamos una definision determinista: si se lo hace desde el punto de vista de una guerra convencional o de una guerra revolucionaria irregular.Desde el segundo punto de vista, no se pueden medir los resultados en forma aritmetica (tantas bajas de un lado y tantas del otro) sino con guarismos cualitativos, ya que una baja en el Ejercito Popular se siente mucho mas que en el Ejercito burgues. Por ejemplo, en el combate de Machala, Tucuman, las unidades del ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo) sufrieron cuatro bajas contra veinte del Ejercito burgues. De ser una guerra convencional seria todo un triunfo, pero en una guerra irregular lo importante es no sufrir bajas. El Estado gestapopolicial de Isabel Peron envio 5.000 efectivos para aniquilar la compañia guerrillera, que contaba solo con cien hombres. Un analisis aritmetico del hecho muestra que veinte bajas en el Ejercito burgues representan el 0,4%, mientras que cuatro bajas para el grupo guerrillero compuesto de cien combatientes es del 4%, es decir: ¡diez veces mas!. Tampoco se trata de pensar en forma mecanicista diciendo que una fuerza revolucionaria debe lanzarse solo cuando esta totalmente preparada tanto tecnica como politicamente, porque en ese caso no se lanzara nunca, ya que la mayor parte de su preparacion se da en la lucha misma. Por lo general, la mejor politica en la guerra es la de apoderarse de una zona intacta; es mucho menos ventajoso arruinarla. Vale mas capturar al ejercito enemigo que destruirlo, tomar intacto un batallon, una compañia, o un peloton, que aniquilarlo. Porque conseguir cien victorias en cien batallas no representa la habilidad suprema. Lo que es de importancia suprema en la guerra es anular la estrategia del enemigo. No tener en cuenta al enemigo tacticamente, dejarlo maniobrar en su politica acuerdita, darle la espalda y continuar con el desarrollo de unidades armadas y con operaciones unilaterales, llevara al aislamiento y el sectarismo, reforzara la influencia del enemigo en las masas y consecuentemente resultara una contribucion estrategica para un ulterior reacomodamiento de la burguesia en pleno proceso revolucionario. Aquel que se destaca por su capacidad en resolver las dificultades es quien las soluciona antes de que se planteen. Aquel que se destaca en las victorias sobre las fuerzas enemigas es el que llega al triunfo antes de que las amenazas del enemigo se materialicen. Por ende, combate los planes del enemigo desde el principio.
Despues, lo mejor es desarticular sus alianzas. No permitas la union de los enemigos. Analiza sus alianzas y trata de quebrarlas y dislocarlas. Un enemigo con aliados plantea un grave problema y se encuentra en una posicion de fuerzas; un enemigo sin aliados constituye un problema menor y se coloca en una posicion de debilidad. Si ello no es posible, lo mejor es atacar al ejercito opresor. Si no puedes desarmar sus intentos antes de que prosperen, ni desarmar sus alianzas antes de que sean selladas, prepara las armas para lograr vencerlo.
Tomar intacto todo lo que encuentres, esa es la meta. Es asi como los combatientes se mantendran con toda su energia y la victoria sera cabal. En esto consiste el arte de la estrategia ofensiva. Por lo tanto, en esto reside el arte de conducir el Ejercito Popular al combate: rodea al enemigo, encierralo y dispersalo. Asi lograras que se rinda. Si una fuerza superior de tres a uno no alcanza para controlar la situacion, se emplean fuerzas de distraccion para dividir aun mas a los enemigos. Aquel que no sea capaz de actuar de manera que el enemigo se disperse, no conoce nada sobre tecnicas de excepcion.
Si las fuerzas son parejas, entonces la balanza se inclinara del lado del enemigo. Su tecnologia y experiencia militar hacen la diferencia. Ahora bien, si eres inferior numericamente has de ser capaz de batirte en retirada. Cuando las tropas esten en inferioridad de condiciones, habras de evitar, temporalmente, el combate franco o la planificacion de ataques. Es probable que haciendo a un lado la cuestion militar y volcandote, con mas atencion que antes, a reinsertar una politica de masas, con el tiempo, veras como la situacion varia notoriamente. Si controlas todos tus recursos y el enemigo se muestra desordenado, si tus soldados muestran energia y sus tropas apatia, puedes darle batalla aunque seas inferior numericamente. Es una cuestion de poner en practica un enunciado de Lenin: "Hacer un analisis concreto de una realidad concreta".
Un General puede llevar a la ruina a su ejercito de tres formas:
1) Ordenar al Ejercito Popular que avance cuando no debe hacerlo o que retroceda cuando no debe batirse en retirada. Suele decirse que, en tal caso, pone al Ejercito en apuros. Ha de ser el mas experimentado en cuestiones militares quien, segun las circustancias lo indiquen, decida el avance o retirada del Ejercito popular. Como dijo Lenin: "No se puede triunfar sin saber desplegar la ofensiva y retirarse con acierto". No hay peligro mas grande que ordenes impartidas por neofitos.
2) Permitir que cuadros politicos participen en la organizacion e implementacion de un ataque cuando ignoran los asuntos militares. En lo relativo a lo propio o impropio, a las relgas de un ejercito no puede imponersele reglas partidarias. El Ejercito Popular dispone de un codigo de guerra propio que debe ser respetado.
3) Dejar participar en la toma de decisiones trasendentales a recien ingresados. Interviniendo en la linea del Ejercito Popular, suscita a cada momento desacuerdos y frustraciones: El Ejercito popular en pleno se paraliza. Lo mejor es que el recien ingresado se adapte a la linea del Ejercito Popular y no que este deba desviar su linea para acatar ordenes de un soldado reciente e inexperto. Si las tropas estan presas en el desconcierto y la desconfianza, los enemigos causaran perturbaciones ante el mas minimo movimiento. El desconcierto de un ejercito lleva al triunfo del adversario. Quien carece de claridad en sus objetivos es incapaz de responder al enemigo. La eleccion de aquel q quien se le confia el mando debe ser necesariamente correcta.
Benevolencia y justicia pueden ser utiles para la conduccion de un Estado, pero pueden no serlo para la administracion de un Ejercito. Por su parte, flexibilidad y conveniencia pueden ser utiles para la administracion de un Ejercito, pero no lo es para la conduccion de un Estado.
La victoria es previsible en cinco casos:
1) Cuando el que manda es capaz de discernir en que momento lanzarse al combate y en que momento no hacerlo; alli estara la victoria.
2) Cuando un comandante sabe como conducir tanto un Ejercito importante como a un Ejercito reducido; alli estara la victoria.
3) Cuando se es prudente y se espere a un enemigo carente de prudencia; alli estara la victoria. Organiza un ejercito invensible y aguarda el momento en que tu enemigo se muestre vulnerable. El mayor de los crimenes es confiar en el campesino sin organizar ningun preparativo; la mas grande de las virtudes es prepararse anticipadamente para enfrentar cualquier contingencia.
4) Cuando las tropas se reunen en torno a un proposito comun; alli estara la victoria. Mas importante que las estaciones del año, son las caracteristicas del terreno; pero estas son menos importantes que la armonia de las relaciones humanas.
5) Cuando los Generales son expertos y representan la linea partiadria impartida; alli estara la victoria. Es el Secretariado quien confiere los cargos; pero es el General quien decide en el combate. El Secretario General del partido que tiene temperamente e inteligencia sabra reconocer a un hombre competente a quien habra de confiarle la responsabilidad para luego esperar los resultados. Frecuentemente en cada etapa de la guerra se producen cientos de modificaciones. Cuando vemos que es posible avanzar, se avanza; cuando las cosas se tornan dificiles emprendemos la retirada. Sostenes que un General, en estas circustancias, debe aguardar las instrucciones del Secretario General del partido es una locura. ¿Se desea apagar el incendio?. Antes de que llegue la orden de hacerlo las cenizas se habran enfriado. ¡Como es posible que en una situacion asi, deba consultarse con el Secretariado!. Maniatar a un General experto y, al mismo tiempo, pedirle que doblegue a un enemigo sagaz es igual que atar a un cazador y luego pedirle que vaya en busca de liebres, ¿cual es la diferencia?. En la mayoria de los casos lo aconsejable es que el Secretario General sea el Comandante en Jefe del Ejercito Popular para garantizar la unidad de mando.
Estas son, pues, las cinco circustancias en las que se transita el camino de la victoria revolucionaria.
Con todo esto afirmamos: Conoce a tu enemigo como a ti mismo; asi, en cien batallas jamas correras el menor peligro. Si conoces a tu enemigo pero no te conoces a ti mismo, tus posibilidades de victoria son iguales a tus posibilidades de derrota. Si desconoces a tu enemigo y no te conoces, en cada batalla seguramente correras peligro de muerte.
Partido Revolucionario del Pueblo Argentino